Dos grandes batallas con Alfredo Escalera vs. Alexis Arguello
El boxeo técnico fue clave que precisó Alfredo Escalera para triunfar sobre los brazos biónicos de Alexis Argüello.
Por Chon Romero
A EL Salsero puertorriqueño le faltó anteponer la inteligencia a su estilo de machismo, para triunfar sobre “El Flaco Explosivo”, en dos combates calificados más allá, de instinto y susceptibilidad del boxeador
Alfredo Escalera amaneció con los ojos abiertos una mañana del 21 de marzo de 1952 en Carolina, Puerto Rico. Hizo estreno de profesional el 4 de septiembre de 1970 en Portland, Oregón, contra Bob Payzant a quien despachó vía nocaut en cuatro asaltos.
Su primer año de profesional combatió fuera del territorio puertorriqueño y tuvo que batirse durante cinco años, hasta alcanzar la oportunidad de disputar el cetro mundial superpluma del Consejo Mundial de Boxeo, contra Kuniaki Shibata, a quien eliminó por la vía rápida en dos episodios el 4 de julio de 1975. Después batirse con diez retadores exponiendo su título mundial y fomentar credibilidad en su reinado, aceptó el reto del nicaragüense Alexis Argüello que venía de abandonar el cetro de los pesos pluma después de disputarlo en cinco ocasiones.
¿Cómo se arraigó Alexis Argüello en el deporte del boxeo?
El nicaragüense conocido también con el mote de «El Flaco Explosivo», nació en Nicaragua el 19 de abril de 1952. De aficionado ganó 58 combates, perdió 2 con 48 nocaut. Invadió el boxeo profesional el 1 de agosto de 1968 noqueando a su compatriota Cachorro Amaya en el primer asalto.
Para Alexis Argüello, la misión de poder lograr una pelea de campeonato no fue tan factible. Combatió seis años antes de batirse contra el panameño Ernesto Marcel con quien perdió una amplia decisión en 15 episodios y significó su primer intento por alcanzar el cetro mundial de los pesos pluma. Esta contienda se celebró el 16 de febrero de 1974 en Ciudad Panamá.
El 23 de noviembre del mismo año, volvió a ganarse la oportunidad de debatir el título pluma del mundo esta vez contra el afamado Rubén Olivares. La riña duró 13 fatídicos asaltos para el nicaragüense que jamás poseyó buena defensiva y cuanto a técnica fue pésimo y no aprendió a caminar el cuadrilátero.
Razón por la cual cualquier boxeador de cualidades técnica lo hacía sufrir y Rubén Olivares no fue la excepción, durante los 13 episodios que duró su rivalidad se dio fiesta con el nicaragüense, con la desventaja de que se confió y descuidó los lances de los brazos biónicos del centroamericano que logró sembrar una derecha en el rostro del mexicano para dañarle tarea loable, eliminándolo por la vía del nocaut y arrebatarle el título pluma versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Alexis Argüello, arriesgó su reinado cuatro veces y optó por abandonar la corona debido a problemas de peso en 1976. El año siguiente 1977 concursó en siete peleas en la categoría de los superpluma (130 libras), y se ubicó en las listas oficiales del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), primer retador del entonces campeón Alfredo «El Salsero» Escalera.
Para presentar programa de boxeo los promotores internacionales en Puerto Rico, tienen que asociarse con un promotor local por reglamento de la Comisión de Boxeo. Por esta razón surgió la unión del promotor Don King con Larry Cruz.
El estilo del puertorriqueño lo identificó de impetuoso, era púgil que ofrecía espectáculo y ese hecho lo convirtió igual que Argüello, en favoritos de los aficionados.
En esos días Escalera fue seleccionado el hombre mejor vestido de la «Isla del Encanto» y bien lustrado llegó al estadio Juan Ramón de Bayamón, para exponer por undécima vez su monarcado de las 130 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), con el rival más exigente, el temible centroamericano con «punch» de acero Alexis Argüello.
En aquellos tiempos no existían las cadenas de boxeo especializadas, como son hoy: ESPN y HBO, esta última, comenzaba hacer pinitos en las transmisiones de boxeo. En esos años era tarea de las cadenas regulares en su segmento deportivo ABC, NBC y CBS, una de estas la ABC, llevó a los hogares de Estados Unidos, la cobertura de una reyerta boxística que cobró en los aficionados interés copioso, porque se medían dos hombres de coraje y voluntad probada y de estilo de entrega total sin restricciones.
El retador Alexis Argüello, se presentó con pantaloncillo azul, con ribetes y tiras blancas con botas negras. El campeón con calzón verde con ribetes y franjas amarillo, con botas blancas. El nicaragüense tenía expediente de 55 triunfos, 4 reveses con 45 nocaut. El campeón superpluma del Consejo Mundial de Boxeo, Alfredo Escalera, tenía registro de 40 triunfos, 7 derrotas, 2 empates con 23 nocaut.
El anuncio y presentación de ambos púgiles fue de ovación general aún no siendo Alexis Argüello puertorriqueño y Alfredo Escalera conjuntamente con Wilfredo Benítez gozaban de la idolatría de los amantes del boxeo en Puerto Rico. La contienda se celebró de tarde exactamente a las 5 de la noche tiempo que exigían las cadenas regulares para iniciar sus transmisiones deportivas nacionales en Estados Unidos.
El choque de dos gladiadores de prosapia no precisó de estudios el primer asalto, por no ser ninguno de los dos de estilos técnicos, más bien creían y fincaban sus esperanzas en sus porrazos, y no había cabida a discusión: Argüello tenía mejor «punch». Así se entregaron a brindar una riña franca, donde el árbitro Arthur Mercante padre no tuvo que trabajar tanto.
Voluntariamente se separaban y castigaban con ritmo sincronizado. La furia del orgullo de Carolina, Puerto Rico, era incontenible, pero los escopetazos del nicaragüense daban la advertencia de peligro, debido a que su golpe de derecha entraba bien en el estilo de Escalera, que igualmente llegaba más a la humanidad de Alexis, por tener un poco más de soltura combinando los golpes.
El primer acto terminó y ese minuto de descanso se convirtió en fiesta. Los repiques de los tambores y las maracas conjuntamente con la alegría que imponen los puertorriqueños en estas inolvidables batallas, transformaron el espectáculo en un carnaval de boxeo espeluznante, ver a ambos púgiles avanzar con los dientes apretados y con el coraje y la riña viva reflejada en sus rostros. Asalto que califiqué a favor del campeón Alfredo Escalera.
Para el segundo llamado al centro del tinglado, ambos boxeadores entendieron que la tarea era dificultosa, Alexis Argüello se olvidó que peleaba en Puerto Rico y respondía las exigencias y apoyos de los puertorriqueños a Escalera como si fuera a él. Los episodios eran tres minutos de lances y contestaciones, el nicaragüense repostaba con golpes poderosos, las investidas de seguidillos de combinaciones de Escalera y así, en rivalidad pareja en acometida fugaz del paladín Alfredo Escalera, se estrelló con golpe corto de derecha lanzado por Alexis Argüello, que lo hizo rodar el tapiz, para recibir la cuenta de ocho segundos.
Al reiniciarse el combate, Escalera trató de cobrar vindicta y lanzabas golpes que avisaba y no llegaban a su destino con todo y el mal técnico del nicaragüense que jamás tuvo buena defensiva. La batalla cobró importancia después de que ambos desperdiciaron derroche de energía lanzando bombazos tratando de definir la refriega.
Alexis, sembró nítidos golpes al rostro del campeón Escalera, que devolvió con la misma energía y entrega, para conectarse de frente de Tú a Tú. Al separarse, Alexis estrelló su famoso escopetazo de derecha y abrió una herida en la ceja izquierda de Escalera, que terminó el capítulo recibiendo largos derechazos del nicaragüense. Asalto que otorgué al retador Alexis Argüello.
En las esquinas de ambos púgiles hubo mucha agua, refrescándolos y engrasándolos con mucha vaselina en el rostro, especial en las cejas. De pericia casi no se le advertía nada, ambas cantonadas confiaban en el poder de los golpes de sus protegidos.
El monarca Alfredo Escalera, respondió el tercer episodio determinado, lanzando derechazos y ganchos, que bien contestó el «Flaco Explosivo» con repique de izquierdas y sus famosos rectos de derecha, sembrando golpes a larga distancia y en esos instantes la congregación de fanáticos comenzó animar a su favorito gritando unísonos:«Escalera, Escalera, Escalera». Pero nada cambiaba el rumbo del combate, Alexis Argüello firme y plantado con el propósito de sumar a sus créditos y llevarse a Nicaragua la segunda corona mundial.
Escalera, contestaba con volados durísimos que se perdían en el vacío, debido a que los anunciaba y Alexis, sin ser muy defensivo lo esquivaba. Argüello, más sereno, jabeaba esporádicamente con eficiencia seguidos de sus escopetazos, tratando de cazar al hombre de la tierra del Coquí, para resaltarse Escalera con dos ineludibles buenos golpes de gancho y recto de derecha, que contestó «El Flaco Explosivo», con descarga a larga distancia, para merecer el dominio del asalto.
El llamado para el cuarto capítulo, Alfredo Escalera, todavía respondiendo el apoyo de sus compatricios, estrelló dos sólidos latigazos al rostro de su oponente. Ninguno de los dos trabajaba el cuerpo debidamente, buscaban golpes de definición en el mentón y se olvidaban de tácticas especialmente en las zonas medias.
El intrépido monarca en ocasiones lucía descompuesto y el retador más aplomado con más efectividad. Los volados de «El Salsero», no encontraban el ritmo ni destino y lo hacían lucir mal. Argüello insistía con los golpes de izquierdas que encontraban blanco en la humanidad del puertorriqueño.
El árbitro Arthur Mercante, le llamó la atención al campeón Escalera por tratar de pegar regresando el golpe después fallar. Al reiniciar el tercer hombre del ring la pendencia, hubo rígido contragolpe y salió cortado del ojo derecho Alfredo Escalera, que aprovechó Alexis para estrellar el jab repetidas veces y la multitud comenzó a entender y enmudecerse, como también los repiques de cuero (tumbadoras, bongoes y panderetas). Asalto que también califiqué a favor de Alexis Argüello.
El quinto episodio lo respondieron los dos ya con el calor y la pasión de la rivalidad, teniendo otra profunda herida el campeón Escalera en el labio inferior, y con el coraje vivo abanicaba golpes durísimos, que anunciaba o televisaba por la desesperación con que lo lanzaba tratando de incrustarle El Morro de Puerto Rico, al nicaragüense en el alma.
La izquierda de Alexis Argüello estuvo muy efectiva, ya que escalera desarrollaba pelea equivocada combatiendo de frente contra el nicaragüense a quien se le ganaba aplicando el boxeo técnico y girándole a los lados, porque sufría del mismo mal de Félix Trinidad: no aprendieron a caminar la lona del cuadrilátero.
El monarca Escalera, sangrando profusamente por la boca y las dos cejas, parecía una palmera azotada por un vendaval y el retador Argüello un pollo mojado en combate planteado sin restricciones y ambos ensangrentados con varios cortes en el rostro que certificaba las hostilidades de combate sin limitaciones.
El sexto y séptimo capítulo fue copia del quinto asalto, el nicaragüense se crecía y cada vez más convencía a 17,000 espectadores de que la corona de los pesos superpluma (130 libras), se despedía de la «Isla del Encanto», Puerto Rico, sometiendo el retador a Escalera a durísimo castigo superándolo en cuatro asaltos consecutivos, bajo tortura del hombre conocido en el boxeo con los motes de “El Flaco Explosivo” y “Brazos Biónicos.”
En estos episodios Alfredo Escalera, además de recibir rígida punición, fue amonestado en varias ocasiones por el árbitro, debido a que lanzaba golpes y al fallarlo, lo devolvía de regreso, que es prohibido en el pugilismo.
Los dos rincones, sólo se dedicaban a curar las heridas y a refrescar a sus boxeadores. Indicaciones técnicas no se escuchaban, se trataba del choque de dos machos, que poco creían en los avances técnicos del boxeo, pero sí en sus porrazos.
El campeón Escalera respondió el octavo capítulo aplicando un poco más la inteligencia y de momento cambió su táctica e inició a boxear alrededor de su recio oponente muy encolerizado, para penetrar a la guardia del retador con arrogancia y ritmo, aprovechando los errores técnicos que perpetuaron la figura boxística de Alexis Argüello.
Los contragolpes se generalizaron, para sembrar Alfredo Escalera, vibrante golpe de derecha y escucharse una vez más el masivo apoyo de la inmensa concurrencia con panderetas y repiques de instrumentos de cuero. Alfredo trató de repetir el golpe y se fue a la lona resbalando y fallándolo. El árbitro limpió los guantes del campeón y al instante se desató inspirado intercambio de golpes, para salirse Escalera y colar recia derecha que cortó la ceja derecha del retador sonando la campana indicando el fin del asalto.
El noveno acto del pleito acordado para quince, los dos con el rostro teñido de sangre, se entregaban a resaltar la furia del histórico combate celebrado en Bayamón, Puerto Rico.
El nicaragüense consciente de la vuelta efectiva al combate del campeón Alfredo Escalera, estrelló punzante izquierdazo al rostro irreconocible del hombre mejor vestido de Puerto Rico, que respondió con golpe que se perdió en el vacío y quiso devolverlo con la ilegalidad de golpear con la espalda del guante, para recibir otra amonestación del árbitro Arthur Mercanate.
Al ordenar proseguir el combate, Escalera explotó fulminante derechazo al ojo derecho de Alexis Argüello, que abrió más la herida existente y lo lastimó, acusando recibo del impacto trastabillándose, para encender nuevamente a 17,000 alma que añoraban el triunfo de «El Salsero» Escalera que se encimó sin precauciones y minó de golpes la humanidad del retador, que sangraba profusamente por la ceja del ojo derecho, para repicar doble gancho con alma y potencia y Alexis errático, para terminar el capítulo con el momento de más colorido para el campeón Alfredo Escalera, que dominó el asalto, regresando a su esquina con el rostro convertido en catálogo de cicatrices, como dice vuestro colega y amigo Edgard Tijerino de Nicaragua.
En el minuto de descanso, se desató carnaval puertorriqueño, las plenas comenzaron a sonar y la repetición del apellido del campeón Escalera en cadena llegaba al cielo. En los alrededores de «ringside» los gestos del público era patético de estar disfrutando espectáculo de primer orden en el pugilismo y ambas esquinas no sabían que aconsejar.
Respondiendo al llamado del décimo episodio Alexis Argüello volvió con sus famosos escopetazos de derecha, los que contestó «El Salsero» con dos ganchos lanzados con potencia de mandarlo de Puerto Rico a Nicaragua y se acomodó más cerca de su recio retador, para hacer vibrar a la masa con explosivos golpes de derecha, que asimilaba la musculatura fibrosa del nicaragüense. Los golpes de Argüello ya no eran tan efectivos y sangraba por el arco superficial derecho y Escalera combatiendo con más sapiencia, se impuso en este capítulo boxeando y confundiendo a su retador que preocupado regresó a su cantón.
El arranque del decimosegundo asalto, el público lo esperó impaciente de pie y la expectativa creció debido al cambio brusco del combate que en la segunda parte dominaba el boricua, que estaba bastante golpeado. Escalera conectó dos ganchos a las zonas medias y terminó con sólidos lances al rostro tratando en cada golpe de deslindar el robusto pleito que se discutía en la etapa de más quimera del combate campeonil. Escalera, volvió a asestar potente golpe de derecha al rostro del Alexis para agravar la hemorragia del corte de la ceja derecha, y contestar con golpes que abanicó, para recibir dos latigazos de izquierdas, terminando el episodio. Capítulo que también califiqué favorable al campeón Escalera.
En el decimotercero asalto los dos salieron de sus cantones con el rostro bastante maltratado y especialmente Alfredo Escalera con tres cortes profundos en las dos cejas y el labio inferior. Ambos sangrando y exhaustos.
Escalera saludó al nicaragüense con larga izquierda y se notaba otra vez desesperado y su estado físico era luctuoso. Ambos muy precavidos y el árbitro muy pendiente de la gravedad de las heridas del campeón Alfredo Escalera, que emanaba profuso brote de sangre por ambas cejas y la boca.
Escalera insistía con dupla de izquierdas y al fallar el último golpe, volvió a cometer el error de tratar de pegar de regreso con el lomo del guante, para aprovechar el tercer hombre del cuadrilátero hacer una pausa y llevarlo hacia el doctor en una esquina para que determinara el estado físico y las heridas del puertorriqueño y lamentablemente determinó lo que se temía: detuvo el combate y con la atinada acción despejó el estado espeluznante de los aficionados de Puerto Rico y Nicaragua, que vivieron horas con los dientes apretados para finalizar con los dedos sin uñas.
Alfredo Escalera, ni el público, protestó la resolución del árbitro y el doctor, el tinglado se llenó de autoridades deportivas y fanáticos nicaragüenses, que celebraron por todo lo alto el ruidoso triunfo de Alexis Argüello. Escalera terminó faltándole muchos escalones, para retener el monarcado, parecía víctima de huracán y Alexis gallo desplumado. Fue faena en la que se precisó de mucha agua, para refrescarlos y animarlos, y concluir la edificación de inolvidable empresa pugilística.
Alexis Argüello, se anotó otro calificado triunfo y sumó su segundo título en diferentes divisiones en el pugilismo. Empero, el campeón Escalera, había impuesto una cláusula en el contrato que de perder habría una pelea de desquite.
La segunda reyerta entre ambos se celebró en Rimini, Italia, el 4 de febrero de 1979 bajo la promoción de Rodolfo Sabatini. La contienda fue una copia de la primera, el boricua no llegó a entender que para superar al nicaragüense, tenía que usar la inteligencia y presentarle una batalla de planteamiento de habilidades, con el cual Alexis nunca encajó.
El nicaragüense se llevó la victoria en el decimotercero asalto igual que la primera reyerta, pero esta vez, sentó dos veces al puertorriqueño en la lona y la última que fue lógicamente en el decimotercero episodio, las piernas no le respondieron para incorporarse y «El Salsero» quedó guisado.
Alexis Argüello, hizo ocho exposiciones del cetro superpluma, el que también dejó vacante para disputar la corona de los pesos ligeros contra Jim Watt y se impuso por decisión en quince asaltos el 20 de junio de 1981.
Así, con la vergüenza deportiva que caracterizó a los paladines de la década del sesenta, setenta y ochenta, Alfredo Escalera y Alexis Argüello, nos legaron dos joyas para la historia de esta disciplina deportiva que recordarlos es compenetrarse y vivir el honor de los que ayer nos representaron con verdadero y fiel liderazgo.
NOTA: después de 24 años volvieron a reencontrarse y realizaron una exhibición en beneficio de los ex campeones del mundo de Puerto Rico en el año 2003 y la nobleza fue la comprobación de dos profesionales que el respeto mutuo los une en cordial amistad fuera de los entarimados donde también fueron dignos atletas, aceptando triunfos y derrotas con hidalguía obteniendo monarcados de categorías en el pugilismo.
Alfredo Escalera, pasea las calles de Puerto Rico, con el honor de haberlo representado mundialmente…!Y de qué manera¡…Alexis Argüello, sigue recibiendo el apoyo y la admiración de los suyos en Nicaragua, con todo y su turbado modo de vivir hoy es, ciudadano de respeto en Nicaragua donde se desempeñó de Vice-Alcalde….¿No es halagador?